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El secreto de los que nunca engordan

Estudios de prestigiosas universidades e instituciones están descifrando cada vez más detalladamente cómo funciona nuestro cerebro cuando privamos al cuerpo del alimento que necesita, activando una especia de alarma interna que nos estaría obligando a comer más

El secreto de los que nunca engordan

 

 

Numerosos estudios en el campo de la Neurociencia han venido acumulando cada vez más pruebas acerca de algo que siempre nos han dicho: “El desayuno es la comida más importante del día”

Estudios de prestigiosas universidades e instituciones están descifrando cada vez más detalladamente cómo funciona nuestro cerebro cuando privamos al cuerpo del alimento que necesita, activando una especia de alarma interna que nos estaría obligando a comer más

El diseño del cuerpo humano lleva en este planeta  millones de años, a diferencia de los “gurus” alimenticios y a los “expertos en dietas” que tanto abundan últimamente  por lo que no es fácil engañarle con dietas milagrosas. Estos regímenes antinaturales lo que hacen es desbalancear el organismo, con esto las personas tienden a pagar las consecuencias y se ven envueltos en desordenes alimenticios.

Básicamente hay que entender que le hace feliz al cerebro, de ahi partir a definir los objetivos que se quieren lograr en la alimentación y establecer puntos medios, el cerebro actúa defendiendo al sistema en general si lo privas por mucho tiempo de alimentos y nutrientes entrara en “modo de acumulación” pues entiende que estas pasando por un momento de escasez. ¿Tiene lógica no?

En un  estudio realizado en New Orleans (EEUU)  compararon mediante escáner cerebral cómo actuaba el cerebro ante la presencia de alimentos altamente calóricos en caso de haber desayunado o no, resultando mucho más atractivos e irresistibles en este último caso.

Analizando la metodología del estudio, llama la atención por  su sencillez. Tan sólo les mostraban imágenes de Tortas, chocolates, embutidos, y otra serie de alimentos que, lejos de ser dulces o salados, compartían el hecho de ser altamente calóricos,  analizaban la estimulación de la corteza orbitofrontal, región que se cree está involucrada en la atracción que sentimos hacia los alimentos.

Si nos detenemos a analizar esto con calma, tiene mucho sentido. El ser humano en los países desarrollados tiene “garantizada” la comida desde hace apenas unos cientos de años.

Si comparamos esto con los millones de años de evolución no podemos pasar por alto que el ser humano dispone de los medios necesarios para obligarte a subsistir creando las sensaciones y pensamientos que más le interesa. Dicho de otra manera, en caso de que tu supervivencia esté amenazada, ya se encargará el organismo de que un alimento altamente calórico te resulte más apetecible que una lechuga.

Es por esto que las dietas que incluyen una restricción total o desmedida de las calorías producirá un efecto a corto plazo muchas veces espectacular, pero en la mayoría de los casos también estará presente el llamado efecto rebote, en el cual el cerebro, una vez terminada la dieta entrara en modo “Acumulación” y el peso y la grasa corporal se recuperará incluso se podría ganar mucho más peso que el que se perdió con la dieta.

Llega a un acuerdo con el organismo, dale algo que le haga pensar que no le va a faltar ningún alimentoesencial y que va a poder cubrir todas sus necesidades.

Las pequeñas ganancias a mediano plazo siempre serán más sustentables y faciles de mantener que cambios rápidos y radicales.

En este proceso tomar un desayuno abundante parece ser una practica de las personas que tienen un cuerpo delgado, tienen energía y a la vez son saludables, cierto o no esta relación vale la pena que lo intentes a ver si funciona para ti.

 

 

 

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